Te animas a cumplir el RETO al final de este post? 

El objetivo del articulo de hoy, no es convencerte de dejar de comer carne, sino de demostrarte que existe un mundo entero de otros alimentos que probablemente pasas por alto.

Es por eso que te contaré mis primeros pasos en el mundo vegetariano, y las cosas que aprendí por el camino.

Además, te daré ejemplos de como puedes introducir mas verduras y frutas a tu vida diaria, sin tener que sufrir por ello.

Te prometo que será divertido.  ;-)

Probablemente piensas lo mismo que yo:

¡No podría vivir sin comer carne!

En ese grupo incluimos alimentos como la carne de res, de pollo, de pavo, de pescado, de cerdo y por supuesto los mariscos.

Confieso que soy una carnívora por excelencia y no imagino un plato sin mi proteico de origen animal.

Como comenzó todo

Visitar un restaurante naturista-vegano no formaba parte de mis intereses.

Quizás por curiosidad lo hubiese hecho en algún momento pero en realidad esa primera visita fue por un motivo especial: mi madre, una mujer que me enseñó a comer vegetales con recetas creativas, de manera que no fueran un tema extraño para mí.

Decía que esa primera vez tuvo lugar en honor a mi madre, quien eligió un restaurante de comida vegetariana para celebrar su día.

Lo primero que pensé fue: “quedaré insatisfecha, me dará hambre a los 5 minutos de salir de aquí”.

Automáticamente imaginé un menú verde, una jungla de vegetales, las recetas de mi madre en su máxima expresión y claramente nada proteico.

Viene a mi mente una palabra: prejuicio. Sé que eso fue lo que me llevó a sugerir otros restaurantes. No logré mi objetivo de persuadir a los otros. Fallé en mi misión. Así fue que llegamos a este lugar:

restaurante vegetariano

Iba con todos mis pensamientos (prejuicios) a ese lugar, el ambiente era bastante armonioso, sencillo pero acogedor.

La carta, bastante rústica en su presentación, era de tan solo una hoja pero muy completa, como puedes ver aquí:

ensalada capesa

El simple hecho de intentar leerla fue como leer en otro idioma, afortunadamente tenía mi traductora personal. Ella conocía todos los vegetales allí señalados. Quise conocer lo desconocido. Comencé a navegar por aquel mundo nuevo.

restaurante vegano

Adentro…

restaurante vegano vacio

Colores de la naturaleza

El menú que nos sirvieron fue el siguiente:

  • Buñuelos de plátano.
  • Lasaña de berenjena.
  • Albóndigas de vegetales verdes.
  • Rissotto de vegetales.

Los buñuelos de plátano son una de esas comidas típicas que debes comer si visitas mi país (Venezuela).

Tiene múltiples versiones, existen de papa, de yuca (tubérculos), en este caso no los había probado de plátano, he aquí una variedad en la receta.

Se estila como postre en las comidas o meriendas, son unas bolitas de masa de plátano, suaves y crujientes, que se comen de un bocado, bañadas con jarabe de papelón (salsa dulce). Por lo general se fríen pero en este caso fueron hechas al horno.

Lo particular en estas bolitas de plátano fue su sabor diferente, eran de plátano y horneadas, anteriormente las había consumido de yuca, que es una verdura con menos sabor y fritas.

Por otro lado, el plátano le otorga más sabor y dulzura a la preparación.

Esto era solo la entrada, todas las expectativas se depositaban en los platos principales, representados por las albóndigas de acelga y espinaca, la lasaña de berenjena y calabacín, y el risotto de vegetales.

Las primeras impresiones de comer alimentos sin carne

Para una carnívora como yo resultó difícil imaginarme unas albóndigas de vegetales.

Solo tenía en mente las jugosas de carne en su salsa, con su acompañamiento de arroz y vegetales, pero estos eran de colores más vivos que los que había visto antes.

Al ver el plato me deleité con la armonía de los colores. Su sabor ligero estimuló mis papilas gustativas.

arroz pardo ensalada

Arroz pardo con ensalada y albóndigas de vegetales.

El segundo plato, un espectáculo, la lasaña asomaba trozos de calabacín y algún otro vegetal en una salsa napolitana que te hacía sentir como si estuvieras comiendo carne guisada, ¿lo imaginas?

Lo acompañaba una ensalada rallada, su nombre se debe a que la zanahoria y el repollo o col se presentan rallados, además se le agrega pepino en rodajas finas con un aderezo sencillo a base de sal, vinagre y aceite de oliva.

lasaña vegetal

Lasaña de vegetales con ensalada fresca.

El último plato, una montaña de arroz con un mar de vegetales, no sabía qué esperar de él, solo había una forma de averiguarlo, probándolo.

Podía ver y realmente saborear los diferentes vegetales inmersos en él (el brócoli, el coliflor, los champiñones, el calabacín, las vainitas), creía que no tenían sabor, me sorprendieron gratamente, dejando en segundo plano al arroz.

vegetales salteados

Vegetales salteados espolvoreados con queso.

La bebida fue papelón con limón, una bebida tradicional venezolana, relativamente oscura y poco densa, la cual se prepara a base de jugo de limón, papelón líquido concentrado (un sustituto natural del azúcar) y agua.

Se sirve frío preferiblemente, la proporción de jugo y papelón dependerá de la acidez y dulzor que desea tener en la bebida.

Simplemente se mezclan los ingredientes en una licuadora y se agrega hielo. ¡Ya tienes una bebida refrescante y natural!

Como cierre de esta degustación de comida, una reconfortante infusión de té de frutas del bosque potenciando el sentido del gusto (estudio), al estilo asiático o árabe, que en su cultura cumplen la tradición de consumir algún tipo de infusión caliente luego de cada comida como digestivo.

Esto tiene mucho sentido, beber algo tibio luego de una comida fuerte como lo suelen ser los platos principales del día (desayuno, almuerzo y cena), favorece el proceso digestivo ya que agiliza el vaciado gástrico, entre otras para la salud (estudio).

infuciones

Las infusiones son un excelente aperitivo.

Me di cuenta que preparar estos platos en casa sería muy fácil, con la receta a la mano y la motivación para cocinar. Es la creatividad la que se pone en juego con este tipo de comida.


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Las primeras sensaciones al comer mas vegetales

Son interesantes las sensaciones que despiertan los alimentos en tu cuerpo, el umbral de sensibilidad disminuye haciéndote más sensible a lo que ves, sientes, tocas, hueles.

Dentro de los cambios inesperados que encontré estuvo la suavidad de los alimentos, era fácil masticar e identificar los sabores, podía sentir la berenjena, el calabacín, el tomate, como si tuviera un nuevo paladar.

La combinación de colores parece irrelevante pero es más importante de lo que se cree, ver un plato colorido despierta el apetito, la curiosidad por saborear lo que esconde cada alimento presentado y la decisión de si comerlo o no, el sentido de la vista es el primer crítico de nuestro paladar.

La cantidad, cuando es sustanciosa, nos enseña otro modo de comer visualmente. Cuando vas a un restaurante vegetariano tienes la idea de que nada tiene que ver con el estilo gourmet, pero de repente te sorprende un gran plato que te alimenta visualmente.

Seguidamente los olores me cautivaron, hay aromas que se desprenden cuando llega el plato de tu elección, el cual te dice si valdrá la pena probar.

Finalmente, es el sentido del gusto el responsable de dar el veredicto final, el juez por excelencia de una comida, no sólo aprecias el sabor, sino también la textura.

El cambio más inesperado fue la sensación de saciedad, que llega cuando solo has consumido la mitad del plato.

Lo curioso es que además te sientes al mismo tiempo liviano, no existe aquella pesadez luego de comer, como es frecuente en los carnívoros.

Todo esto tiene una explicación lógica: la proteína de origen animal tiene un proceso digestivo mas lento en comparación con los demás alimentos (detalle).

Y la sensación de saciedad se debe a que los vegetales y almidones por su alto contenido de fibra tanto soluble como insoluble generan una bola de comida momentánea en el estómago durante su digestión, lo que hace que te sientas lleno, y todo ello tiene razón de ser por los cambios que generan en él (detalle).

Cuando el organismo está en presencia de cambios inesperados en la alimentación, lo demuestra en síntomas y signos muy particulares.

Estos son algunos de los cambios que presencié en mi cuerpo, por decir los más evidentes o representativos:

  • Mejora del tránsito intestinal, las evacuaciones son algo habitual ahora.
  • El estado de ánimo cambia, aumenta la energía para hacer varias actividades.
  • Te vuelves más alegre y tranquilo.
  • Disminuye considerablemente la pesadez después de cada comida.
  • La tez de la piel cambia, se vuelve menos brillosa y sin acné.

Lo que descubrí al comprar vegetales en el supermercado

Hacer la compra de vegetales requiere una planificación, debido a que son alimentos perecederos que tienen un tiempo de vida útil corto, no mayor a cuatro días.

Por suerte, algunos se pueden congelar, lo cual va a depender del vegetal. Aquellos más firmes y con poco contenido de agua (zanahoria, auyama, tubérculos) pueden congelarse sin problema.

Sin embargo, aquellos de hojas verdes o  que contienen mucha agua como el tomate, pepino, berenjena, etc. cambian su aspecto físico, haciéndolos menos manejables y con apariencia de dañados.

Cada alimento fresco tiene una época de cosecha específica, te das cuenta cuando vas al supermercado y está en oferta una fruta, hortaliza o verdura, son las que mejor color presentan y llenan los anaqueles.

Prefiero comprar los de temporada ya que son más económicos y aportan más nutrientes.

Revisa en tu país y ciudad cuáles son las épocas de producción de vegetales y frutas.

Estas últimas normalmente las consumo como postres al final de mis comidas principales y de igual forma elijo las de la estación.

vegetales en el supermercado

Siempre elijo los vegetales más frescos y con los colores más intensos.

En lo personal compro alimentos perecederos de la siguiente forma: 2 tipos de frutas, 4 vegetales y 4 verduras y/o tubérculos semanalmente.

De acuerdo a la ración que se consuma de cada alimento establezco la cantidad total a comprar.

vegetales refrigerador

Así distribuyo las verduras y los vegetales en mi refrigerador.

Si has llegado hasta aquí, tal vez eres una persona curiosa al igual que yo.

De hecho, te puedo decir que la curiosidad me llevó a ver otras perspectivas, dejando lejos los paradigmas.

Debo confesar que en casa intenté probar con comida vegetariana. Empecé practicando algunas recetas fáciles con frijoles, los cuales han sido mis mejores amigos. Son un alimento completo y rinde muchísimo.

Te dejo una imagen de las lentejas amarillas para que veas cómo las he preparado, y también un rissotto de vegetales que pude preparar luego de mi experiencia vegana:

rissoto vegetales

Un nuevo estilo de vida

Explorar los alimentos y sus diferencias puede ser un desafío y una excelente escuela para practicar esto es el supermercado.

Lo he hecho desde pequeña y debido a mi profesión como nutricionista, el ir a curiosear los nuevos productos que aparecen en el mercado es un hábito.

Por ejemplo algo curioso y muy común, sucede con los tubérculos (yuca, papa, apio, ñame, ocumo, batata) que de apariencia son casi iguales.

Es normal confundirlos en un supermercado, pero en realidad son alimentos diferentes en cuanto a sabor, textura y aromas diversos.

Lo que más he disfrutado es la contemplación de los distintos tonos del color verde, el más exuberante de la naturaleza:

vegetales en supermercados

Lo que debes comprender, es que debes escucharte para saber qué alimentos le hacen bien a tu cuerpo, y cuáles se adaptan mejor a tus hábitos.

Por ejemplo, a partir de mi trayecto recorrido como nutricionista y amante de la comida, pude llegar a esta conclusión: comer vegetariano varios veces por semana me hizo sentirme feliz.

¿Quiere esto decir que funcionará para ti? No necesariamente, debido a que somos esencialmente omnivoros.

Sin embargo, estoy segura de que tú mismo te debes de dar cuenta de que muchas veces no consumimos los vegetales suficientes, y nos llenamos las barrigas de alimentos procesados.

A raíz de esta experiencia y ya familiarizada con el tema, tomé la decisión de variar mi patrón de consumo de alimentos.

Particularmente, tomé como meta inicial comer por un día comida vegana, nada de lácteos, carnes, ni huevos.

Combinando los alimentos que descubrí que son buenos para mi, construí mi propio menú, el cual se basó en las siguientes comidas:

  • Desayuno: arvejas y plátano horneado. Como postre: una banana y la bebida una infusión de té negro.
  • Merienda matutina: palitos de zanahoria y berenjena asada en aceite de oliva y sal.
  • Almuerzo: crema de auyama, pasta de calabacín en salsa napolitana con champiñones. Postre: patilla (sandia). Bebida: infusión de té de toronjil.
  • Cena: ensalada verde, lechuga y aguacate con frutas secas (en este caso utilicé pasas) aderezada con mostaza-miel y sal. Bebida: infusión de té de frutos rojos.

Observa algunas infusiones que tengo en casa…

tes saludables

Para llegar aquí tuve que recurrir a conocer del tema a través de nutricionistas especialistas en el área.

En The Vegan Society puedes encontrar información interesante, y ojeando uno que otro artículo científico en Google académico sobre el vegetarianismo y naturismo.

Luego de esta experiencia decidí incorporar este nuevo estilo en mi dieta del día a día, variando la cena y la merienda matutina que realizo normalmente, a comida vegetariana.

Sigo percibiendo todas las bondades que los alimentos me regalan. Ahora te propongo: ¿Y si cambiamos de perspectiva y los alimentos pueden ser nuestros propios maestros?

Te reto a lo siguiente…

Te reto a hacer esta prueba: consume tu comida habitual de carnívoro por hoy, y mañana sé vegetariano por un día.

Intenta probando recetas vegetarianas tales como: hamburguesas de frijoles (por lo general se consiguen recetas de garbanzos o lentejas), panquecas o tortillas de plátano, banana o auyama; atol o bebida caliente a base de cereal (yo la preparo de avena), tortillas de vegetales, vegetales en salsa blanca al horno, batatas chips, berenjenas asadas, entre otras.

Todo dependerá de tu capacidad de improvisar y ser creativo en la cocina. No se trata de seguir al pie de la letra lo que diga una receta, puedes darte la libertad de experimentar y ver qué resulta.

Las sensaciones y descubrimientos que hice me ayudaron a tener una mejor relación con la comida.

No solo se trata de sentarte a ingerir alimentos y que el cuerpo haga lo demás; es disfrutar, reconocer como están siendo estimulados todos tus sentidos y qué descubres con ellos, decirle mucho gusto a los alimentos que estamos comiendo.

La vida debe sorprenderte y tú dejarte sorprender.

Sobre Andrea Rojas

Tan delicado como una bomba Molotov, Denis Balitskiy tiene por misión personal derrumbar los mitos de nutrición y ayudarle a los siguientes 10.000 alumnos a recuperar su salud. Además, Denis es un ferviente emprendedor, speaker y motivador. 


En sus ratos libres se dedica a tocar la batería y a imaginarse nuevas formas de hacer un cambio positivo en el mundo. Puedes conocer su historia aquí.

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  1. Muy interesante tu articulo… me encanto la forma como lo explicas todo…. provocaste que se me hiciera agua la boca con cada platillo que mostraste…
    Gracias!!

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